Biomagnetismo médico

Un revolucionario enfoque científico y terapéutico del equilibrio celular

Definición

Un enfoque centrado en entender la enfermedad desde el punto de vista energético y vibracional

El bioelectromagnetismo, es la ciencia que estudia la forma en que los organismos vivos interactúan con los campos electromagnéticos. El Biomagnetismo es una técnica integrativa no invasiva, que consiste en el posicionamiento de pares de imanes en el cuerpo para facilitar el proceso de mantener o restablecer el equilibrio interno del organismo, favoreciendo así, un optimo estado de salud y bienestar. Puede utilizarse antes (prevención), durante (tratamiento) o después (rehabilitación) de un enfermedad, sin alterar prescripciones o intervenciones médicas. Esta disciplina que utiliza imanes de cerámica, ferrita o neodimio con una potencia de entre 1000-5000 gauss para recuperar la homeostasis y re-equilibrar el organismo, mediante el ajuste del pH y gracias al movimiento de electrolitos en el cuerpo. Un Par Biomagnético es el conjunto de cargas bioeléctricas disfuncionales que se encuentran en biorresonancia  y se relacionan con diferentes tipos de patologías, disfunciones o sintomatología específica. Éstas se forman a expensas de la alteración bioeléctrica de pH de los tejidos, órganos o estructuras anatómicas que las soportan en el organismo, y es posible neutralizar dichas cargas mediante la aplicación directa de campos magnéticos. A este proceso lo llamamos Despolarización. De tal forma que utilizamos pares de imanes de cargas opuestas para despolarizar áreas en el cuerpo que están desequilibradas, debido a patógenos u otros factores que resuenan energética y vibracionalmente. Colocamos un imán con en polo negativo, allí donde se necesita, y al cerrar el circuito colocando otro imán en su polo positivo, se restablece el equilibrio ácido-alcalino gracias a esta relación bifocal. Entre los focos de virus y bacterias se establece una comunicación a distancia, en forma de ondas electromagnéticas, es decir, comunicación de electrones que se denomina “bioresonancia magnética”, lo que permite la retroalimentación energética entre dichas áreas generadores de alteraciones en el terreno biológico, creándose focos de microorganismos patógenos que se potencian en su virulencia y capacidad de resistencia frente a los anticuerpos del sistema inmune y la colocación de imanes en una sola polaridad.

Biomagnetismo

Se diferencia de la terapia magnética o magnetoterapia, en término básicos, en que ésta última utiliza sólo un imán o un polo aislado y no por parejas.

El ser humano tiene un pH que se acerca al neutro (7. + – 3, es decir, entre 6.7 y 7.3), sin embargo, hay fenómenos que alteran ese pH y conducen a los órganos y tejidos hacia la acidez o hacia la alcalinidad.

Si nuestro medio es ácido o por debajo de 7.4, será un terreno favorable a sufrir infecciones víricas, fúngicas y procesos degenerativos. Por oto lado, si el terreno es alcalino o por encima de 7.4, tenderemos a la inflamación, hinchazón, dolor e infecciones bacterianas y parasitarias.  En cualquiera de los casos esta alteración del pH puede llevar a la disfunción o la enfermedad. Como dijo Pasteur »el germen no es nada, el terreno o es todo», por eso mantener el organismo en un estado optimo de pH es vital para que los germenes no se instalen, proliferen y se asocien en simbiosis creando enfermedades todavía más complejas.

El desequilibrio del pH comienza a nivel celular con el intercambio de iones a través de la membrana y este acto bioeléctrico se produce en todas las células del cuerpo. Los imanes tienen influencia en la electricidad del cuerpo, y ésta a su vez, en su bioquímica. Al restablecer el adecuado flujo de electrones en el organismo, podemos favorecer muchas de sus funciones normales sin producir alteraciones.

La técnica consiste en el rastreo de distintos y específicos puntos en el organismo mediante un test kinesiologico simple, para observar la respuesta marcada generalmente por un acortamiento en el hemicuerpo derecho, indicándonos así el par que la persona necesita para recuperar la salud. El objetivo es encontrar disfunciones, bloqueos o desbalances, y corregirlos por medio de la aplicación de campos magnéticos por un periodo corto de tiempo, generalmente entre 10-30 minutos y que varía según la latitud terrestre en la que nos encontramos, gracias a la influencia de los campos magnéticos terrestres que son más potentes cerca del ecuador.

Un poco de historia

El biomagnetismo médico fue descubierto por el médico mexicano con la ayuda de Richard Broeringmeyer, jefe médico de la NASA en la década de 1980, cuando se dieron cuenta de que imantando las naves espaciales, el sistema inmunológico de los astronautas se mantenía estable en comparación, a cuando no había esa potencia magnética y en su aterrizaje necesitaban mantenerse en cuarentena debido a su gran debilidad inmunológica. La NASA comprobaría más adelante que al abandonar los astronautas el campo magnético de la Tierra padecían la denominada «enfermedad espacial», caracterizada por el desarrollo de osteoporosis y deficiencias en el sistema inmune.

La ubicación y colocación de estos pares biomagnéticos ha sido definida clínicamente por el Dr. Isaac Goiz, durante los últimos treinta años gracias a sus estudios científicos y a los de muchos otros investigadores.

Beneficios

La terapia biomagnética es una terapia excelente para restaurar eficazmente el terreno biológico (medio interno), y ayudar en la neutralización y eliminación de infecciones virales, bacterianas, fúngicas y parasitarias que a menudo son los factores iniciadores en muchas enfermedades incluso complejas como el cáncer. Mediante códigos patogénicos se han definido más de 250 pares biomagnéticos que corresponden a la mayoría de las enfermedades y disfunciones, por eso su campo de acción es tan extenso y variado.

  • Activación de la correcta respuesta inmunitaria.
  • Activación del correcto funcionamiento metabólico.
  • Ayuda al adecuado funcionamiento de órganos, tejidos y glándulas.
  • Ayuda en la adecuada tonicidad vascular y el flujo sanguíneo.
  • Disminuye procesos sintomáticos como dolor, inflamación, tumefacción, ardor, etc.
  • Disminuye los efectos adversos de los tratamientos convencionales.
  • Disminuye los tiempos de convalecencia y rehabilitación.
  • Reparación y regeneración de os tejidos.
  • Disminuye los efectos del estrés.
  • Desintoxica.